30/10/2016
Encuentro europeo de antiguos alumnos jesuitas: “Contemplando, actuando y fraternizando”

Cuando hice parte del equipo organizador del VIII Congreso Mundial de Antiguos Alumnos Jesuitas llevado a cabo en 2013, mi padre, quien no es un exalumno jesuita, me preguntó algo que ha quedado en mi mente desde entonces: “¿Qué es ‘esa cosa especial’ que hace que un tipo de Hong Kong quiera pasar cuatro días viajando para estar en un lugar menos días que los que dura su travesía?… ¿Qué es lo que ustedes (los exalumnos jesuitas) tienen, que motiva ese sentimiento de hermandad que es casi surreal?… ¿Es que se les abren oportunidades de negocios, es un peregrinaje religioso que los une… qué es?

He pasado más de tres años queriendo llegar a una respuesta que es tan dual que es parece casi estúpida, pero la mejor manera de describir ese “Je ne sais quoi” que nos hace una de las redes no oficiales más grandes del mundo, aquella “cosa” que nos hace un tanto únicos, algunas veces incomprendidos, algunas veces envidiados, pero la mayoría de las veces apreciados e incluso admirados: “La Formación Ignaciana, la Espiritualidad Ignaciana”.

Este septiembre tuve la oportunidad de visualizar a mi papá planteándome la misma pregunta, mientras que estaba coordinando la logística del Encuentro Europeo de Antiguos Alumnos Jesuitas, llevado a cabo en Roma, el cual fue también el marco de una Asamblea General Extraordinaria de la Unión Mundial. Sobre todo, llegué a la conclusión de que algo es cierto: si Ignacio de Loyola y sus amigos fundadores volvieran a pasar tiempo con nosotros, se sentirían orgullosos al ver que lograron construir una estructura que una de las pocas que puede sobrepasar límites religiosos, geográficos, étnicos, culturales, sociales, políticos o de idioma. Y eso fue posible gracias a su formación en valores diferencial.

Sentí el poder del vínculo ignaciano desde mi experiencia en la preparación del Encuentro Europeo, en la cual sostuvimos reuniones por Skype con el equipo organizador, y era muy extraño que, solo después de la primera de estas reuniones, sentí que estaba hablando con amigos de toda la vida, a pesar de que solo había visto a algunos de ellos hacía tres años por unas pocas horas y con algunos otros jamás había hablado en mi vida.

Una vez en Roma, el Encuentro Europeo de Antiguos Alumnos fue básicamente Dios reafirmando mi punto en varias ocasiones, ya que, en cada momento, cada una de sus actividades me dio la oportunidad de experimentar esta hermandad una vez más.

En el primer día, el miércoles 14 de septiembre, el primer contacto con los recién llegados estuvo lleno de espiritualidad durante la audiencia papal general, en la que nos pudimos ver como una gota en un océano llamado catolicismo. Los participantes en el Encuentro pudieron percibir la “vibra” espiritual que ofrece el Vaticano y compartir su fe y espiritualidad con miles de peregrinos y creyentes que se reunieron para ver y escuchar al Santo Padre en la Plaza de San Pedro en el marco del año de la Misericordia. Fuimos inspirados por el mensaje del Papa Francisco, quien dijo: “Incluso hoy, escuchamos al Señor llamando a los desalentados, los pobres y a los pequeños hacia Él y diciéndoles que siempre pueden contar con Dios”. Basado en el pasaje del Evangelio de San Mateo en el que se cita las palabras de Jesús: “Vengan a mí todos quienes laboran y están agobiados, y yo les daré descanso.”

Durante la tarde, algunos de los participantes tuvieron la oportunidad de ser guiados por los lugares ignacianos (Chiesa del Gesù, Chiesa Sant’Ignazio y el Camerette di Ignazio di Loyola, la vivienda final de Ignacio) por ningún otro que el presidente de WUJA, Alain Deneef, quien deseaba compartir un poco de su tiempo con los asistentes al Encuentro y compartir una de sus pasiones, la historia jesuítica. Sentí el calor humano cuando la gente comenzó a reunirse y recibí un abrazo de Mercedes Rey, una de las participantes, a quien había conocido durante el Congreso de la Federación Española, y me dijo: “Hola Pipo (así es como me llaman mis amigos y en WUJA) … qué alegría volverte a ver!!!” y yo no era el único recibiendo abrazos y saludos joviales.

Esta actividad se replicó además en las tardes del jueves y el viernes con el objetivo de entrar en contacto con nuestras raíces ignacianas y revivir las experiencias espirituales y cotidianas de los padres fundadores de la Compañía de Jesús y contó con la presencia como guías de miembros de “Pietre Vive”, una iniciativa apostólica jesuítica que utiliza el legado arquitectónico, y las iglesias como plataformas de evangelización entre los jóvenes alrededor del mundo. De acuerdo con María Dellasega, una participante alemana menor de 25 años: “Esta visita es grandiosa porque nos permite saber de dónde venimos… viendo las reliquias de los padres fundadores de los Jesuitas.”

Al anochecer tuvimos el privilegio de asistir a una misa celebrada en uno de los tesoros “ocultos” de los Jesuitas, la capilla doméstica de la “Curia Generalizia” de la Compañía de Jesús, que fue el lugar perfecto desde una perspectiva espiritual porque es un lugar que congrega reliquias de los antiguos Generales de la Compañía desde su fundación.

Pero ese día, la verdadera revelación de los valores ignacianos se llevó a cabo, cuando habiendo sido dejados sin un restaurante ya pago que habíamos reservado para la Cena de Bienvenida, como coordinador logístico del evento, estaba preparado para ser “empalado verbalmente” por más de cien personas hambrientas… pero para la mayor de mis sorpresas positivas, las únicas palabras que recibimos los organizadores fueran aquellas de comprensión, solidaridad y simpatía… Quedamos anonadados por la misericordia expresada por la gente. Nunca olvidaré las palabras de Stephen Gatt de Malta: “No importa dónde o qué cenemos, mientras podamos compartir con nuestros amigos.”

Sentimientos como estos estuvieron presentes durante todo el evento; los asistentes al Encuentro Europeo tuvieron la oportunidad de compartir con ponentes de alta calidad sobre los temas de “Migración Global y la Crisis de Refugiados”, que fueron seleccionados con el fin de ofrecer un enfoque multidimensional de la crisis de refugiados, tocando la complejidad del fenómeno desde varias perspectivas, desde la necesidad de una actitud acogedora por parte de las sociedades receptoras, a las interacciones interreligiosas y nuestro rol como exalumnos jesuitas de cara al problema, que nos toca a todos.

Las Causas Raizales y Retos de la Migración Global: Mauro Garofalo, Líder de Relaciones Internacionales de la Comunidad San Egidio, se enfocó en la falta de acciones políticas efectivas tomadas por los países europeos para prevenir las causas raizales de la migración en los países generadores de refugiados y en incrementar la garantía de los derechos mínimos de los migrantes, tanto en los países de tránsito, como en los de destino.

Actuando como Cristianos: ¿Qué nos dice la Iglesia?: El Padre Josep Buades Fuster sj, Director del Servicio Jesuita a Migrantes de España, hizo énfasis en el llamado que hace la Iglesia Católica para que sus miembros acojan y acompañen a los refugiados y aboguen por la aplicación de acciones  para preservar y garantizar sus necesidades básicas y sus derechos.

Las dos Formas para que Europa Muera:  Alain Deneef, presidente de la Unión Munidal de Antiguos Alumnos Jesuitas compartió, como miembro a de la junta del SJR de Bélgica, sobre sus reflexiones sobre los dos peligros que amenazan a Europa.

El primero es el arrivo desordenado de hordas de migrantes, trastocando el orden europeo, pero en gran parte causado por la inconsecuencia de Europea al enfrentar la crisis que ésta ayuda a generar o a agravar: económica, demográfica y climática.

El segundo es la pérdida de sus valores al aislarse del mundo externo y renunciar a sus valores que la hicieron lo que es. Él apeló a una acción conjunta por parte de los europeos para atacar esta crisis en el exterior y a convencer a los europeos en el interior a aferrarse a sus valores, al escucharlos, acompañarlos en sus temores, explicarles las implicaciones y al ser firmes en la aplicación de principios de común decisión.

Panel sobre Integración de Refugiados y Migrantes en Europa:

Integración y Hospitalidad: Chiara Peri, Oficial de Abogacía del Centro Astalli, present una perspectiva de la situación, desde instituciones que están trabajando en dos acciones: Acoger e Integrar a migrantes, y expresó en una manera testimonial, las acciones actuales y retos futuros que dichas instituciones enfrentan desde puntos de vista político, económico y social.

Un Acercamiento a la Integración Informado sobre el Trauma: Jill Drzewiecki, Coordinadora de desarrollo de la Campaña Mercy in Motion (Misericordia en Movimiento) en el SJR Internacional, presentó un enfoque más íntimo sobre el problema de refugiados, al presentar las situación de individuos y las implicaciones del proceso migratorio sobre la salud mental, y los traumas generados en cada etapa de su viaje, desde su desplazamiento, hasta el viaje y el proceso de integración en la sociedad anfitriona.

El Islam y la Integración de Refugiados y Migrantes en Italia: La IlhamAllah Chiara Ferrero, Secretaria General de la Comunidad Religiosa Islámica de Italia (COREIS) expuso el trabajo que se está realizando en un nivel interreligioso con el fin de relacionar los principios religiosos de los migrantes y los asuntos democráticos en el contexto de una sociedad anfitriona secular.

La Respuesta Jesuita: El Servicio Jesuita a Refugiados: El Padre Tom Smolich sj, Director Internacional Director del SJR Internacional, presentó el rol que el SRJ desempeña y la misión que ha venido desarrollando desde su creación bajo el mandato de Pedro Arrupe sj en 1980. Él además enfatizó el mensaje de que la acción solitaria del SJR e instituciones similares en torno al problema de refugiados no es suficiente, y que existe la necesidad imperante de mayor compromiso, tanto por parte de estados, como de la sociedad civil en general.

El salón de conferencias además fue la sede de una exposición conjunta de dos expresiones artísticas dirigidas, cada una a su estilo particular, a generar conciencia sobre la situación de comunidades vulnerables.

La Federación Argentina de Antiguos ALumnos Jesuitas, en alianza con la Enmbajada Argentina ante la Santa Sede, realizó una contribución cultural al Encuentro Europeo, a través de la exhibición fotográfica del trabajo de los Jesuitas en la Región Argentina de Boquerón, considerado como la última Misión jesuítica activa en el mundo.

El Servicio Jesuita a Refugiados proveyó además una visión impactante sobre el asunto específico del desplazamiento, a través de la exhibición de pinturas realizadas por refugiados eritreos en el marco de su programa “Artistas en Movimiento”, en el cual usan el arte como una forma de catarsis y expresión de sus sentimientos, y una plataforma narrativa de sus experiencias como refugiados. Uno de los participantes, Monika Smalinskaite, de Lituania expresó: “Quedé muy movida por esas pinturas de refugiados, me dejaron la más grande impresión; aún hoy tengo muchos pensamientos sobre cómo se sienten ellos.”

Para conocer más sobre el programa Artistas en Movimienhto del JRS, visite el sitio.

Pero esto solo hubiera sido un grupo de conferencias y presentaciones sin la interacción entre estas actividades con las opciones experienciales que ofrecimos para reforzar el mensaje recibido durante las sesiones matutinas, a través de aplicaciones de las mismas en la vida real.

Una de estas actividades fue el grupo de discusión, en el que algunos de los participantes pudieron compartir sus impresiones y puntos de vista a través del dialogo, que contó con la presencia de Pep Buades sj, uno de los ponentes, y que arrojó conclusiones muy interesantes, que se pueden resumir en el llamado que nos hace la Iglesia como cristianos a tomar posiciones acogedoras, de acompañamiento y protección hacia las personas afectadas por la crisis migratoria, a través de sus procesos de tránsito e integración en nuestras comunidades. Más aún, tenemos la responsabilidad de proyectar la educación y privilegios recibidos para dar nuestro mejor esfuerzo hacia la solución de esta crisis, sabiendo que incluso las acciones pequeñas en nuestra vida diaria pueden comenzar a hacer el cambio.

De acuerdo a Revathy Rugini de India, uno de los miembros del grupo de discusión, “es una gran oportunidad para compartir nuestros puntos de vista y opiniones con nuestros compañeros de diferentes países, esto nos muestra que somos los mismos y tenemos una tarea común en cada uno de nuestros países…”

Para leer el completo Reporte y las Conclusiones del Grupo de Discusión dé clic aqui.

Otra de las actividades, que tenía el propósito de complementar la parte académica del Encuentro, fue compartir tiempo con los refugiados. Los participantes a esta actividad tuvieron el chance de reunirse y compartir pastelería típica de Siria con un grupo de refugiados en el Centro Astalli, el centro local del SJR en Roma, en una experiencia que, como Mercedes Puyuelo, una exalumna española lo describe: “Mueve tus emociones y afectos, porque son realidades que vemos como distantes, pero una vez que estamos cara a cara con ellas, nos mueven.”

Una última opción experiencial fue un tur  a través de “Roma en los Ojos de los Refugiados”, en la que el grupo que tomó esta opción, pudo ver el otro lado de la “Ciudad Eterna”, ese que no se muestra en los plegables turísticos, ese lado de la ciudad que para muchos se torna invisible entre sus tareas diarias y apuros, y que es común para muchas ciudades europeas y de naciones receptoras alrededor del mundo: la realidad de los refugiados y migrantes habitando las calles. Uno de los factores que le dio a esta actividad un extra sentimental fue que fue guiada por Issaka Maiga, un refugiado malino, que trabaja para Centro Astalli, que además interactuó y compartió su experiencia y pensamientos con los participantes: “Pude darme cuenta de que el grupo estaba muy movido e interesado… Espero que esto no pare ahí y que regresen a sus países al menos más consientes de estas realidades y usando esta experiencia para ayudar en cualquier forma que puedan a cambiarlas.”

La integración y la unidad también fueron objetivos del Encuentro Europeo, y una de las actividades a través de las cuales logramos esta meta fue la Cena Festiva, que consistió en una velada en el reconocido restaurante “Alfredo alla Scroffa”, un hito gastronómico de la “Ciudad Eterna”, conocido mundialmente por ser el lugar de nacimiento de los “Fetuccini Alfredo”, que fue el epicentro de una noche llena de risa, intercambio multicultural y hermandad. Algunos de nosotros éramos conocidos entre sí, otros eran recién llegados, como la delegación japonesa de la Universidad de Sofía, que por vez primera envió representantes a una reunión internacional de exalumnos jesuitas, Tomouyki Kogure y Keiji Mogi. En un punto de la noche, el espacio antes lleno por el sonido de gente hablando y charlando, se convirtió en el escenario de un grupo improvisado de “mariachis” compuesto por un grupo de españoles y el Presidente de la Confederación Latinoamericana, Andrés Ballerino, quienes hicieron las veces de coro para la voz líder de Gabriél Calderón, presidente de la Federación Mexicana, quien entoaba “Cielito Lindo” una canción tradicional entre hispanoparlantes. Uno de los invitados a la cena, Georges Dedjibo, de Tchad, expresó que: “Es grandioso, como exalumno, tener este tipo de momentos de convivencia y al mismo tiempo hablar de nuestros valores comunes, nuestro gusto por la vida fácil y nuestra zona de confort en el mundo, y ¿por qué no? Es posible abrir la mente de todos para disfrutar nuestra propia vida por fuera de dicha zona de confort.”

Monika Smalinskaite además agregó: “La cosa que más me gusto en esta reunión es la gente: tan diversa, de diversos países, pero igualmente, de la misma familia.”

Qué mejor forma de finalizar un evento único y transformador de vidas, que pasando una mañana de sábado visitando al Santo Padre dentro del Vaticano.

Luego de pasar por un Sistema de seguridad digno de un aeropuerto en los pilares de la derecha de la Plaza de San Pedro (el llamado Portone di Bronzo), el grupo de 173 se reunió en un momento lleno de ansiedad, esperando a ser convocados al interior. Todos los presentes estábamos vestidos para la ocasión, los hombres en traje oscuro y corbata, algunos en los atuendos de gala tradicionales de sus países, y las mujeres en atuendos elegantes pero modestos… algunas, a la antigua usanza, utilizando el velo tradicional sobre su cabellera para demostrar su devoción a Dios y a su representante en la tierra encarnado en el Santo Padre. Fue un momento de expectativa similar a la que muchos de nosotros experimentamos cuando niños, esperando los regalos navideños… todos estábamos esperando este regalo espiritual y transformador que la vida nos tenía reservado.

Un miembro de la Guardia Suiza arribó y nos guio a través de una imponente escalinata al interior de la Prefettura della Casa Pontificia, y luego a través de un corredor que conectaba con una capilla llena de vitrales y a un par de habitaciones que fácilmente podrían ser museos por sí mismas, debido a los detalles artísticos den su mobiliario, la tapicería y decoraciones. El grupo caminó en silencio y finalmente llegó al aula de la audiencia (Sala del Consitorio), un espacio lleno de sillas que fueron tomadas una por una por los participantes, aún en silencio.

Luego de una media hora de reflexión personal, el momento esperado había llegado: El Papa Francisco apareció y uno podía sentir la felicidad en el aire… y la energía en la habitación, indescriptible con palabras. ¡Estábamos teniendo la oportunidad única de conocer y saludar al Papa Francisco en Persona! Éste era nuestro chance de ofrecer el trabajo realizado durante la semana, lo que hicimos a través de una alocución del Presidente de la Confederación Europea, Enrique Rebés, y la presentación de un regalo simbólico, una pintura de un refugiado eritreo (Mefin, un refugiado eritreo en un campo etíope, pintó su obra en memoria de su hermano, quien realizó el peligroso viaje a Europa luego de escapar al reclutamiento militar forado, en el marco de la iniciativa ‘Artistas en Movimient’, iniciativa liderada por el SJR), por el Presidente de WUJA, Alain Deneef e Issaka Maiga, el refugiado malino, colaborador de Centro Astalli, y nuestro guía en el tur por “Roma en los Ojos de los Refugiados”.

Los participantes además recibimos las palabras del Santo padre en un discurso personalizado que fue más un llamado a: “Contemplar y Actuar” de cara a los refugiados: “Les suplico que aprovechen las alegrías y éxitos que su educación jesuita les ha dado apoyando la educación de refugiados alrededor del mundo…Junto con el Servicio Jesuita a Refugiados, pongan su Misericordia en Movimiento y ayuden a transformar esta realidad educativa. Al hacerlo, construirán una Europa más fuerte y un future más brillante para los refugiados.”

Para leer el completo mensaje del Papa Francisco a los asistentes al Encuentro Europeo dé clic aquí.

Pero eso no era todo; cada una de las 173 personas tuvo la oportunidad de compartir un momento personal con Santo Padre, en el cual algunos los saludaban y le solicitaban su bendición para ellos y sus familias o su país y otros le ofrecían pequeños presentes, fotos de sus seres queridos y suvenires de sus regiones y países.

Uno podría creer que, al ser una persona tan ocupada, el Papa estaría tratando de dar apretones rápidos de manos y hacer que la fila se moviera para salir con afán de la habitación… ¡pero por el contrario!!! Era impresionante ver a esta persona, que debe atender asuntos que cambian al mundo, intercambiando palabras, escuchando y mirando a los ojos a cada uno de nosotros como si durante los treinta segundos que cada uno compartió con el fueran los más importantes para él, agachándose para nivelar sus ojos con los de aquellos más chicos, riéndose… ¡Qué muestra de humildad y carisma!

Luego de haber saludado al Papa Francisco, cada persona recibión un rosario de recuerdo, bendito por él y tomó asiento de nuevo. Era extraño ver las caras de las personas que antes de saludar al Papa revelaban en general una mezcla de exitación y miedo; ahora, luego del saludo, algunas de ellas mostraban júbilo por medio de lágrimas, otras estaban en contemplación pura, o simplemente con sonrisas de oreja a oreja.

Una vez que el Papa dejó la habitación, todos nos regocijamos y comentamos sobre lo ababa de acontecer, en un momento similar a la mañana de lunes luego de que tu equipo favorito ha ganado un encuentro deportivo… Solo adjetivos positivos fueron intercambiados en cada frase y comentario, y la actividad finalizó con el cántico de la canción ignaciana que se ha convertido en el himno de los exalumnos jesuitas, y que resume nuestra misión como ignacianos: “En Todo Amar y Servir”.

No hay mejor manera de dar una descripción de este impactante evento, que, usando las palabras de uno de los participantes, Mercedes Puyuelo: “Hay varios aspectos que hacen importante asistir a este tipo de eventos; uno de ellos es porque te ponen en contacto con otros exalumnos, con quienes terminas teniendo una relación de amistas y quienes te dan conocimiento de sus experiencias. Otro aspecto es el tema de los Encuentros: Aprendemos a conocer mejor otras realidades, además conocemos a gente muy, muy comprometida con la “Frontera”, estas personas son compasivas, y muy, muy generosas con su tiempo y sus conocimientos. También tuvimos la oportunidad de conocer sobre organizaciones, instituciones y ONG que no son conocidas en nuestras comunidades.

El objetivo de estos Encuentros es que nos convirtamos, cada vez, en mejores personas, más comprometidos, compasivos y, sobre todo, “En todo Amando y Sirviendo.”

 

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