Carlo Acutis: El Santo Millennial Que Llevó la Santidad a la Era Digital

En una era definida por el rápido avance tecnológico y la conexión digital, la Iglesia Católica ha canonizado a su primer santo de la generación millennial. Carlo Acutis, un adolescente italiano que falleció de leucemia en 2006, con solo quince años, fue declarado oficialmente santo el 7 de septiembre de 2025. Su canonización marca un momento profundo para la Iglesia, tendiendo un puente entre la tradición ancestral y la realidad moderna. Acutis, a menudo llamado «el Influencer de Dios», utilizó sus habilidades tecnológicas para difundir la fe y documentar milagros, legando un ejemplo que continúa inspirando a millones en todo el mundo.
Nacido en Londres el 3 de mayo de 1991, de padres italianos, Carlo Acutis se mudó a Milán de niño y desarrolló rápidamente una fe profunda e inquebrantable. Desde una edad temprana, mostró un compromiso único con su vida espiritual: asistía a Misa diaria, rezaba el Rosario y pasaba horas en adoración eucarística. Su devoción solo era equiparable a su fascinación por la tecnología. Como programador autodidacta, creó sitios web para su parroquia y escuela local, pero su proyecto más significativo fue un archivo en línea exhaustivo sobre los milagros eucarísticos y las apariciones marianas reconocidos por la Iglesia. Este sitio web, que documentaba 136 milagros en 20 países, ha sido traducido a 19 idiomas y compartido en parroquias de todo el mundo.
Acutis no veía internet como una distracción de la fe, sino como una herramienta para la evangelización. Describió la Eucaristía como su «autopista al cielo», y usó sus habilidades digitales para hacer que esa autopista fuera accesible para los demás. Su enfoque caló hondo entre los jóvenes, demostrando que la santidad podía coexistir con el amor por los videojuegos, las redes sociales y la cultura contemporánea. Más allá de sus esfuerzos en línea, Carlo era conocido por sus actos de bondad y caridad. Defendía a sus compañeros de acosadores, donaba su dinero a las personas sin hogar y a menudo recordaba a quienes lo rodeaban que «la tristeza es mirarse a uno mismo, mientras que la felicidad es mirar a Dios».
Trágicamente, la vida de Carlo fue truncada cuando le diagnosticaron leucemia mieloide aguda en octubre de 2006. Enfrentó su enfermedad con un valor extraordinario, ofreciendo su sufrimiento por el Papa y la Iglesia. Le dijo a su familia: «Ofrezco mis sufrimientos por el Papa, por la Iglesia, para no ir al Purgatorio e irme directamente al Cielo». Falleció el 12 de octubre de 2006, pero su influencia solo creció después de su muerte. Su cuerpo, vestido con los jeans y las zapatillas que tanto le gustaban, fue sepultado en Asís, donde permanece en la Iglesia de Santa María la Mayor, atrayendo a casi un millón de visitantes cada año.
El camino hacia la santidad requirió la prueba de dos milagros atribuidos a la intercesión de Carlo.
El primero ocurrió en 2013, cuando un niño brasileño que padecía una rara enfermedad pancreática se curó milagrosamente después de que su madre rezara a Carlo y tocara una reliquia suya. El segundo milagro tuvo lugar en 2022, cuando una joven costarricense, Valeria Valverde, se recuperó de una grave lesión craneal después de que su madre peregrinó a la tumba de Carlo. Ambos milagros fueron investigados minuciosamente y confirmados por el Vaticano, lo que condujo a su beatificación en 2020 y a su canonización cinco años después.
Carlo Acutis fue canonizado junto con Pier Giorgio Frassati, otro joven italiano conocido por su caridad y vitalidad. La ceremonia, presidida por el Papa León XIV, llenó la Plaza de San Pedro con miles de jóvenes, un testimonio del atractivo perdurable de Carlo. Ahora es ampliamente considerado como el santo patrón de internet, los programadores y los videojugadores, un homenaje apropiado a su vida y misión.
El legado de Carlo desafía las nociones convencionales de santidad. No fue un asceta alejado del mundo, sino un joven moderno que abrazó la tecnología, la cultura y la amistad, mientras permanecía profundamente arraigado en su fe. Su vida nos recuerda que la santidad no se trata de rechazar el mundo, sino de relacionarse con él de manera significativa y compasiva. Como él mismo dijo: «Todos nacemos como originales, pero muchos mueren como fotocopias». Carlo Acutis vivió como un original, y su historia continúa alentando a una nueva generación a buscar la santidad en la era digital.
Para aquellos interesados en conocer más sobre Carlo Acutis, su sitio web oficial sigue siendo un recurso valioso, al igual que la exposición itinerante sobre los milagros eucarísticos que ayudó a crear. Su vida y obra sirven como un poderoso recordatorio de que la fe y la tecnología pueden trabajar juntas para crear un mundo más brillante y conectado.